CLICK HERE FOR THOUSANDS OF FREE BLOGGER TEMPLATES »

martes, diciembre 20, 2005

Ya no (A mi perro)

4:00pm. Mi mamá llega casi corriendo: "¡¡Que atropellaron a KiKo!!". Daniela no sabe ni como se echa a correr y yo traté de calmarme y salí caminando. Llego a la entrada de la unidad y veo a media calle un bultito blanco. "¡¡Puta madre!! ¡¡Mi perro!!". Corro, y cuando llego a su lado me ve, como pidiendo ayuda. Lo reviso, no tenía nada roto, pero tenía sangre en su hocico. Sé que los perros se ponen agresivos por el dolor, pero ni modo, arriésgate. Lo cargo, mientras le digo a Daniela que corra a avisarle a mi mamá que lo llevemos al veterinario. Ya ahí, le dan un 50% de posibilidades, pero su falta de reflejos y su dificultad para respirar me decía lo contrario, ya ni siquiera parpadeaba. Lo dejamos ahí, ps qué más, esperando un milagro. Como a las 7:00pm el espeluznante sonido del teléfono nos dice que todo acabó para él. ¿Por qué Kiko, si era querido por todos?...

Kiko, alias el Sheriff, Sopas, Oaxacas, Chiquillo, Kikín y todas sus derivaciones (Kikirrín, Kikoreto, Kikorio...), llegó a nuestra familia hace unos 6 años. Todavía me acuerdo de cuando lo encontramos, no podía negar su corrientez: estaba encima de una jaula, jetón, a las afueras del mercado de Xochimilco. En cuanto lo ví dije: Este es. El vendedor, muy abusado, dijo que era un Cocker blanco, y nos los dejaba por la módica cantidad de $200. ¿Un Cocker blanco en $200? Presta, y ese día llegamos con perro nuevo a la casa. Cuando creció, nos dimos cuenta que podía ser todo menos Cocker, es lo que finamente llamamos un Pi-pe-co. Pinche-perro-corriente.

El nombre no fue difícil, antes de salir del centro de Xochi, decidimos que se llamaría Kiko, sí, en alusión al del Chavo del 8. Ese pinche perro era el más chido que se puedan imaginar. No cualquier perro es conocido por todos los vecinos, y menos aún, querido. Pasara por donde pasara, niños o viejitas, lo saludaban. Hay una señora que tiene una perra, un día el menso acompañó a mi papá a la tienda, la señora iba de salida, lo vió, se regresó y compró unas mantecadas y le dió una a su perra y otra a Kiko. Pinche perro, hasta eso. O cuando el guey empezó a ladrar porque otro perro se le acercaba a otra perra, sale la señora, dueña de la perrita (otra) y le dice: "gracias Kiko", no mames! eso es carisma chingao!

Mi perro era la envidia de cualquier perro. Comía a la hora que quería, y no solo croquetas, sino de lo que comíamos nosotros, teníamos algo para él, lo que fuera, ah, porque para esto el cabrón comía de todo menos pasas (al fin Leal). Su debilidad eran las papas fritas, pero tenían que ser Sabritas, si no, no era lo mismo. Se comía salchichas, helado, dulces (hasta los abría el solito), todo. Eso sí, era abstemio (no sé de donde lo sacó), si le acercabas un vaso con cualquier sustancia etílica aunque fuera solo para olerlo, se iba. Odiaba el ron. Salía a la hora que quería, entraba a la hora que quería, comía y dormía cuando se le daba la gana, tenía su lugar especial para dormir adentro de la casa, calientito. Lo malo era que le gustaba perseguir carros. Ni modo.

Fue mi primer perro oficial. Nunca había vivido esto. Y cómo duele. Era el más fiel, carismático y querendón. Nos celaba mucho, y solo le faltaba hablar, pues sabíamos cuándo quería salir, o comer, o mear. Sabía cuándo se le hablaba en serio y cuándo no. Obediente, pero cínico. Aunque sabía que no debía subirse a las camas, lo hacía, y cuando lo cachabas, se te quedaba viendo como diciendo: "perdón, ¿quieres que me baje?".Sabía lo que era comer, salir, súbete, bájate, las mosca, métete, córrele, cállate, y sabía que era en serio cuando te agarrabas el cinturón y decías "a ch..."jaja. Pinche perro.Lo quería mucho. Siempre me hacía reír. Así estuviera yo deprimida, angustiada, enojada, lo que fuera, de repente él empujaba la puerta de mi cuarto y aparecía con esa mirada tan especial, moviendo la poca cola que tenía y me buscaba la mano para que lo acariciara, y no sé cómo lo hacía, pero siempre me hacía sentir mejor. Y cuando bajaba las escaleras, el menso corría a la orilla del piso tan solo para que lo acariciara, y cuando me lo cotorreaba, iba directo a morderme el zapato, quejándose, o cuando era hora de que alguien llegara, se ponía en la puerta, esperando, y no se quitaba de ahí hasta que se oían los pasos de alguno de mi familia. Cuando llegábamos, nos hacía fiestas por la alegría que le daba vernos, seguía a mi mamá para todo, jugaba con Daniela, se subía a la sala con mi papá y siempre se me quedaba viendo, con esa mirada tan especial que nunca se me olvidará. Puta madre cómo lo extraño. Era muy importante en mi vida. Tal vez dirán que solo es un perro, pero ese guey era parte de la familia. Y 3/4 partes del tiempo que me toma escribir este post, las lágrimas no me dejan ver las teclas.

Ayer en la mañana, los rasquidos en la puerta de mi cuarto me despiertan, y lo primero que pienso es: "pinche perro, ya viene a joder, cómo chingas!", obvio que riéndome, nunca me pude enojar con ese cabrón. Ayer abrí la puerta y el chingado perro me saluda y brinca cual gacela a la cama de mi hermana. Se oyen sus patitas en el suelo, su placa de sheriff tintineando y sus uñas rascando su corpachón. Hoy ya no. Hoy me tuve que despertar yo sola, y cuando abrí la puerta no había nadie, y miro a su silla, donde dormía, que está junto a la compu, y los ojos se me llenan de lágrimas al pensar que nunca más volverá a ser, que ya no.

Ya no lo oigo ladrar.
Ya no rasca mi puerta.
Ya no lo abrazo al bajar las escaleras.
Ya no hay quien persiga moscas.
Ya no hay a quien darle el hueso.
Ya no jodo a nadie cuando intenta dormir.
Ya no blasfemo cuando encuentro pelos en mi ropa.
Ya nadie saca mis tenis al jardín.
Ya no hay quien me muerda el zapato.
Ya no hay papeles desechos por doquier.
Ya no aulla nadie cuando escucho música a todo volumen.
Ya nadie le ladra a las palomas.
Ya nadie hace fiestas con las arañas.
Ya no hay orejas "de padre nuestro".
Ya no me saluda cuando entro.
Ya no asustamos a nadie cuando pasa.
Ya no hay escandalera cuando toma agua (slurp, slurp).
Ya no crujen las papas en su hocico.
Ya no le ladra al cartero.
Ya no guía a la gente que llega a nuestra casa.
Ya no nos sigue a la tienda.
Ya no jode al gato del vecino.
Ya no se lo madrea el Canelo (un perro enemigo).
Ya no se coje a la Negra (un dizque Cócker queriéndose chingar a una Labrador).
Ya no tendrá los cachorritos que Daniela deseaba.

Ya no entra nadie a consolarme con una mirada.

Ya no. Ya no.

5 tripulantes:

Anónimo dijo...

a shale ke mal pedo =/ me imagino como estas, yo si se lo ke es eso =/
shale :S
pero... animo :S

Cazador de Tatuajes dijo...

Como duele que se muera alguien tan cercano...

Si creyera en la vida futura te diria que seguro el Kiko ya esta jugando con Niki (mi perro difunto) en el cielo de los perros que dan toques

•†• HÅDY CÅЯMESI •†• dijo...

Descanse en paz. XD

Aguanta Hada aguanta...

Ay es que no me gustan los perros¡¡¡¡¡¡¡¡¡

Está bien, por respeto a que te sientes mal, me cayo mis comentarios manc-hados.

Se ha de sentir como cuando se muere un gato verdad?

Saludines¡¡¡ y ánimo, no te sientas tristw

Danny Ferretiz dijo...

yo tambien perdi a mi kelly al igual que fausto hace ya algunos años es tan doloroso perder a un ser tan querido alguien que es una mascota que te merece respeto y te tiene toda fidelidad... pero que le hicieron al vato que atropello a kiko??? ese kiko esta en el cielo de los perros como dice prometeo, lamiendose todo sin que nadie les diga "Eit!" comiendo pañales, haciendo lo que sea... son felices. claro los que fueron buenos porque los perros seguiran siendo perros.. y wakala los gatos...

animo Vale

Valeria dijo...

Gracias a todos por sus condolencias, de verdad que sí me afectó mucho, ya hasta estamos pensando en terapia psicológica porque aún actuamos como si estuviera aquí...

No supimos quíen lo atropelló, ni cómo fue, y no suelo ser así, pero si lo hizo a propósito espero que le pase algo muy muy malo...

Gracias de nuevo, ya estoy mejor.