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lunes, noviembre 26, 2007

Y los ví volver...

Casi un año de espera desde que se anunció. Diez años desde que se separaron. un entrenamiento y práctica intensiva desde que tuve el boleto en mis manos. Los fines de semana era lo más arduo. Ver y oír El ültimo Concierto y un mp3 prestado eran las herramientas. Sábados. Cerrar los ojos, echar la cabeza hacia atrás, ondear los brazos y cantar a todo pulmón. Imaginar que ya estoy ahí. Añorar ser una de las miles de voces que se escuchan coreando cada canción. Abrir los ojos y encontrarme en mi cuarto, tan solo imaginando, tan solo viendo mi cara extasiada en el espejo. Pero nada más.

El fin de semestre es una tortura. Trabajos, tareas, exámenes. Una lucha constante por una calificación más o menos decente. Busco algo que sacuda mi cabeza. Por fin, después de mucho tiempo, llega el 15 de noviembre. Voy en el camión mientras cae el sol.


La cuenta regresiva está en ceros. Cierro los ojos, echo la cabeza hacia atrás, ondeo los brazos y canto a todo pulmón Juegos de Seducción. ¿Imagino? ¿Añoro otra vez? Abro los ojos y veo frente a mí a Gustavo Cerati, Zeta Bosio y Charly Alberti. Juntos. Tocando como solo ellos saben. Te llevaré hasta el extremo... NO MANCHES!! NO ME LA CREO!! Ya no imagino. VIVO. Ya no solo escucho las voces de la gente en las bocinas. Ya soy una de esas voces. Ahora mis gritos son parte de la ovación: oe oe oe oe, Soda, Soda!!!

Y esta ciudad de la furia sintió la grandeza de una banda como Soda Stereo. Hizo retumbar los cimientos del Foro Sol mientras emanando energia brincábamos al ritmo de Música Ligera.

Y como en esta ciudad no se pueden ver las estrellas, cada uno prendió su celular para transmitir nuestra luz interna. Esa que solo se enciende en conciertos como éste. Soda se queda callado para admirar ese espectáculo. Siento que no puedo más, esta electricidad me recorre de arriba a abajo causando un escalofrío. Ya no hay límites. Esta noche todo lo puede.

La producción fue enorme. El espectáculo de luces hipnotizante. Mientras Charly golpeaba los tambores a todo lo que sus fuerzas le daban, Zeta saludaba al público en cada oportunidad, carismático como siempre, y Gustavo se volvía loco en los solos de guitarra, yo alucinaba. Soda es grande. Gigante. Enorme. Cada uno tiene una técnica perfecta, Zeta le da la base a la canción, Charly el ritmo y Gustavo... ay Gustavo... él hace lo que se le antoja con su guitarra. Es impresionante. No por nada le gritaban Maestro. Ellos sí son músicos de a deveras, expertos en armar show. Ellos sí son una banda.

A pesar del frío, del cansancio, de que al otro día tenía que llegar temprano, quería más. Hubiera aguantado muchas horas más. Al ritmo de Te hacen falta vitaminas termina un concierto memorable. ¡No quiero que se vayan! Pero como dicen, de lo bueno, poco, Solo 2 horas 40. De toda mi vida.

Al final, salgo y encuentro a mi jefe, que le había tocado en otra sección. Un abrazo rompe conmigo. "¡Ya los ví, ya los ví por fin!", decía entre sollozos.

No más imaginar. No más añorar. Ahora esos momentos quedaron tatuados en mi cerebro, incandescentes, solo como los conciertos memorables lo hacen.

Soda: Gracias...
Totales.
Y gracias a ustedes por su paciencia. Mi perro, que ha sido bautizado como el perro que ni el diablo quiso, mordió el cargador de la lap, y ahora ps no la puedo ni prender. El bendito cable cuesta como $700 y como se imaginarán no tengo ni para un jodido ciber decente. Ni modo. ¿Me tendrán paciencia verdad?jaja. Ahora que tenga tiempo prometo que lo primero que hago es ponerme al corriente con todos sus blogs.
Martillando: Una de Alejandro Fernández... argh. está sonando en este pinchurriento ciber, jaja.

martes, noviembre 20, 2007

no me olviden....

sigo viva. solo pasando a dejar señales de vida en este entelarañado blog. no dejen de pasar.