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jueves, abril 26, 2007

Un pañuelo por favor...

Una de mis mejores amigas se casa el sábado. Creo que más que una vajilla o un molcajete de regalo, quiero darles algo verdaderamente significativo. Una parte de eso es que voy a ser la que les ponga el lazo que los unirá, y otra, una carta con mis sentimientos expuestos, que a continuación les presento:

Jeannie y Octavio:


Soy muy creyente del destino. Creo firmemente que nuestro camino está forjado de modo que cada experiencia nos deja un aprendizaje. Y que cuando conoces a alguien es porque esa persona tiene algo que enseñarte, y que cuando esa lección ha sido aprendida esa persona se va de nuestras vidas. Claro que hay gente que te sigue enseñando toda la vida, y esas son las que permanecen con nosotros. Realmente agradezco al destino por haber hecho que nuestros caminos se encontraran y que me hayan enseñado tanto … y tanto!! Y espero sinceramente que nuestros caminos nunca se separen.

Así como el destino nos hizo encontrarnos a ustedes y a mí, también quiso que se conocieran, que se complementaran, que se siguieran enseñando cosas el resto de su vida. Que son quienes han elegido para compartir una vida de altibajos, tanto de felicidad como de decepciones, de éxitos como de fracasos, de ilusiones como de desilusiones,. La vida no es color de rosa y lo sabemos, la felicidad como nos la quieren hacer creer no existe, hay de todo, y la verdadera felicidad consiste en disfrutar todas las circunstancias que se te presenten con la persona que has elegido para compartirlas.

Habrá muchos obstáculos que deberán enfrentar en la vida de pareja. Es como una guerra constante. Lo que sucede con mucha gente es que se pierde el objetivo en común y terminan siendo contrincantes. Espero que eso nunca les pase. Que divisen un obstáculo, por muy grande que este sea, que se agarren de las manos y que lo enfrenten juntos, como aliados, siempre como aliados.

Me da un gusto enorme saberlos juntos, que hayan tomado la decisión de hacer de su vida una sola, que de ahora en adelante vayan hombro con hombro.

Cuando veía las películas en las bodas y la gente lloraba, no sabía por qué. Hasta ahora. El simple hecho de que dos de las personas más queridas y más importantes en mi vida se sientan plenamente felices, es más que suficiente para dejar fluir las emociones.

Gracias por dejarme ser parte de su unión. Gracias por hacerme partícipe de su felicidad. Gracias por haberse cruzado en mi camino. Gracias por su amistad y su cariño. De antemano saben que trataré de corresponderles con cada gramo de mi cariño y mis mejores deseos para ustedes. Que gocen todo lo que les depara el destino.
Muchas felicidades y éxitos!!

Atte.
Valeria Leal.

viernes, abril 20, 2007

hoy,música

hoy quiero retozar entre notas y compaces.

hoy quiero saturar mis oídos de voces y riffs.


hoy que no hay tantos pendientes no quiero escuchar mas que





música...

miércoles, abril 11, 2007

Singuilucan, Hidalgo


Hace un tiempo Real-X escribió acerca de un pueblito en el cual parece que no pasa el tiempo. Bueno, yo le comenté que yo iba seguido a un pueblito del cual mi mamá es oriunda. Esta vez fuimos al cumpleaños de un tío (hermano de mi abuelo q.e.p.d.). Me encanta ir ahí porque es tener un flashback a mi infancia de cuando mi prima y yo nos íbamos al jardín trasero a columpiarnos y nos dábamos vueltas hasta quedar con nauseas, o al "garage" donde mi tío tenía un tractor y granos en una máquina y jugábamos a que eramos campesinas, o cómo nos espantábamos mutuamente al decir que hasta el fondo del patio (como 20m atrás) había una vieja que asustaba a los niños.

La comida siempre fue exquisita, en el mismo patio tenía un horno de piedra para hacer la barbacoa. Mi tía siempre hace unos tlacoyos bien chidos en su estufa de leña, arroz, mole (a veces), escamoles, salsas... y todo delicioso.

La casa es hermosa. Entrando hay un jardincito lleno de flores bonitas, luego hay un pasillo largo y ancho donde está una mesa, sillones de madera y hasta el fondo la cantina. Por cierto me saqué un poco de onda al saber que las golondrinas que anidaban en la casa (en el techo aún está el nido) ya no volvieron... La sala está llena de fotos de todos los ahijados que tienen, que ha de ser todo el pueblo, una tornamesa y muchos LP´s. Su casa parece museo porque todo guarda, está lleno de adornillos, invitaciones, recuerditos... qué güeva limpiar. La cocina es la que más me gusta porque aparte de su estufa de leña, en paredes y techo todo está repleto de jarritos de barro. Grandes, chicos, chiquitititos, por todos lados hay jarritos.


Bueno, como es costumbre desde hace unos años, mi papá, abuelo y yo nos íbamos con el amable "Don Fernando" a comprar pulque, y a echarnos unos con él. Ahora fuimos mis jefes, la carnala y yo. Ahhh, ese pulque es el único blanco que me gusta, porque no está agrio, pero lo chido del pulque es que por lo mismo que no es dulce y está en tinajas, siempre es refrescante. Muchos pensarán que guácala con el pulque porque hay muchos mitos de que si le ponen excremento para que fermente y que es antihigiénico y la madre. Puros rumores. Eso que cuando sale parecen heces se le llama "la muñeca" , que no es mas que plátano... Y eso sí, Don Fernando siempre lava el traste para servir y las manos deben estar limpias, nunca deja la jarrita en la tinaja y no deja que nadie (aunque tenga las manos limpias) le ponga los dedotes en la orilla.

Lo chido de ir por el pulque es que nos echamos una buena platicada brindando con las 3 reglamentarias, pláticas que van desde el clima hasta la siembra y su modo de vida, chistes, consejos, etc.

Regresamos a la casa del tío y dimos una comida digna de reyes, con todo lo que ya les platiqué.

Y así, entre barbacoa, pulque y rolas de Lola Beltrán, celebramos el cumpleaños del tío Epi. Salud!!
Martillando: Downtown- Emma Bunton.

martes, abril 03, 2007

No todo es tan malo

De por sí vivir el la Ciudad de México puede ser realmente caótico, imaginen vivir en una zona donde sólo hay una salida para una gran cantidad de gente hacia otras zonas de la ciudad, que por estar cerca de un lugar turístico (patrimonio cultural de la humanidad, por supuesto) los fines de semana es un caos tanto salir como llegar (ash), que tooodo, absolutamente todo quede lejos, lo cual acarrea que nadie quiera ir a tu casa, ni siquiera a dejarte (sniff!), que nada quede a menos de 45 minutos y que no te den chance de ir a ningún lado porque la regresada está canija, aparte de que a partir de las 9:00pm ya no hay transporte público... en fin, podría enumerar mil cosas, pero a veces, en las tardes, subo a la azotea de mi casa y me quedo maravillada al poder tener una vista así:


El vecino de al lado tiene un enoorme jardín con borregos y toda la cosa, aparte de que ese árbol que tiene me encanta. Más allá de el cerro plagado de casas hay otro que en invierno su punta de tiñe de blanco, y es bien chido levantarse temprano y ver su punta de nieve y alrededor pura niebla.
A la izquierda del jardín pueden ver parte de su casa y de una constructora. Más para allá hay cerros ya vírgenes, y detrás de esas nubes, en días claros se puede ver el Popocatepetl.
Los atardeceres son los mejores. Las nubes matizadas en naranja y rosa dan la bienvenida a la luna esplendorosa. Pido mil disculpas por las antenas que se atravesaron, pero fue lo mejor que pude lograr, además de cierto modo le dan el aire urbano al asunto.
Y es en este punto donde agradezco enormemente la oportunidad de vivir por estos lares y no tener que lidiar con la vista de una pared gris y aburrida o de una calle hasta su madre de tráfico.
Martillando: Con sólo tocarte- Maldita Vecindad