México, Chile y Argentina son uno solo

Es 7 de noviembre. Despierto pensando en las cosas que tengo que hacer hoy. 7 de noviembre, me suena el 7 de noviembre…algo pasaba el 7 de noviembre… un rayo iluminador me hace caer en cuenta. Hoy es uno de los conciertos más esperados por mí, y la razón del olvido es que desde hace 2 meses tengo en mi poder 2 boletotes.

Hago algunas llamadas y me quedo de ver en Taxqueña a las 6pm. Lo malo es que tengo clase a las 7pm. Naaahhh… no importa, si el güey ni va, no creo que le moleste que lo llame y le diga que hoy no hay clase. Dicho y hecho. Son las delicias de entrar en un lugar donde no hay tanto pex por faltar a una clase, ps nada más hay un alumno.

En la mañana, para variar, no desayuné más que los restos de una lata de atún con mayonesa a las 10am. Son las 7:30 pm y mis tripas imploran a gruñidos al menos un poco de energía para aguantar la noche.

A las 7:50pm estaba afuera del Palacio de los Rebotes engullendo una hamburguesa. A las 8pm en punto Los Tres hacen su aparición en el escenario, llenando la atmósfera con su legendaria música. Las rolas se las debo, en parte porque me da harta güeva escribirlas y también porque la intención de escribir esto es describir cómo lo viví, mis percepciones, mis emociones, lo que pasaba por mi mente a la hora del concierto, no hacer una crónica chafa de periódico. Aún así me fascinó verlos en vivo. Tenía muchas ganas de escucharlos y no me decepcioné. Al contrario. Por momentos no podía creer que tenía en frente de mí a la banda más importante que ha dado Chile de todos los tiempos. Letras escabrosas, sonidos rockanroleros y mucha energía acompañan a estos músicos que traen años de experiencia y talento a cuestas. Las más ovacionadas, obvio, fueron Tírate y Déjate caer con una grata participación de 3 de los Tacubos (Meme, Joselo y Quique). 1 hora más tarde aproximadamente, se despedían de un público selecto entre las 16,000 almas ahí presentes.

Las chavitas que estaban atrás mío sólo venían a ver a la siguiente banda: Zoé. Uno que los vió desde sus inicios con Deja te conecto sabe que la banda se ha ganado su éxito a pulso. Sin embargo sabemos que a la banda le faltan muchos kilómetros por recorrer para que se haga una bandototota. Pero ahí la llevan.

Salen. Me atrae la calidad de luces que tienen. Me gusta el arte en las pantallas y su show no es nada aburrido. A decir verdad, los disfruté bastante, a pesar de que se aventaron un 60% de rolas del nuevo disco. Las rolas de anteriores discos en aras de volverse clásicos prendieron a más de uno. El momento más emotivo fue Love, con el Palacio iluminado solo por celulares destellantes. A pesar de que prendieron más, sigo creyendo que no es posible que LOS TRES le hayan abierto a Zoé. Pero mercadotecnia es mercadotecnia. Ni modo.

Ahora sí viene mi mero mole. Por razones aún desconocidas, nunca había podido ver a Cerati en vivo. Sé que no me decepcionará, pero las bandas anteriores fueron muy buenas. Ahora tiene un peso enorme al cerrar el concierto. Algunos minutos después, desde el primerísimo acorde me callo la bocota y me trago mis palabras.

Juegos de Seducción fue la encargada de abrir el plato fuerte de la noche, y desde el primer momento captó la atención de todos los ahí presentes, a pesar de que, como dije, muchas solo iban a ver a Zoé.

Por donde lo quiera ver, Don Gustavo Adrián Cerati es el amo y señor de la noche. Es innegable la experiencia que tiene, y se nota más al salir después de una banda relativamente nueva. 20 años de experiencia lo respaldan y se ve a leguas que sabe lo que hace.

Tiempo antes había chuleado las luces de Zoé. No manches, las de Cerati no tienen madre, están muy por encima que las anteriores. Se oye más poder, más experiencia, más todo. No puedo expresar la admiración que le tengo a ese maestro, para mí fue uno de los conciertos que me ha dejado con la boca abierta, gratamente sorprendida de que tenía muchas expectativas y las superó ampliamente. Esos solos de guitarra que me mantuvieron al borde del orgasmo, el poder de rock, las letras tan endemoniadamente buenas que no te cabe la energía en el cuerpo. No puedes hacer mas que rendirte a la seducción de su propuesta y dejarte llevar por un artista de tal magnitud. Me cae que no por nada es GUSTAVO CERATI, un hombre con tanto carisma y tan querido y adorado por todos.

Cerró con Puente, un mega rolón, y más bien en ese momento yo le agradecía a él por brindarme una noche tan espectacularmente maravillosa e inolvidable. “GRACIAS POR VENIR“.

Ya saliendo, en la calma nocturna sobre Tlalpan, sumamente satisfecha, me decía: Todo ser humano tiene necesidades que deben ser cubiertas. Entre ellas están comer, dormir, beber, sexo y un buen concierto de rock. Por eso siempre digo que lo mío, lo mío, lo mío, lo mío es EL ROCK.