Delirio

Siempre me pasa lo mismo. Los hombres son unos cobardes. Ven a alguien diferente a las demás y se echan para atrás, aún siendo ellos los de la intención. Cuando por fin me decidí a hablar sin velos de cobardía de lo que soy más vulnerable, se echan para atrás. Mi pregunta es: ¿¿Cuál carajos era tú jodida intención al preguntar algo tan radical y cuando contesté sinceramente y te abrí los brazos me diste la espalda?? ¿¿¿Cuál???

Tu estúpida excusa llena de vacíos y evasivos "no quiero lastimarte" me confunde. ¿¿Para qué preguntas algo que no querías que fuera respondido??

Claro, estás tan acostumbrado a mujeres estúpidas que tienen miedo que cuando te encuentras a alguien diferente en todos los aspectos, que te habla sinceramente, que te hace sentir bien y que no te va a contestar lo que quieres oír, te asustas.

Pinche miedoso. Y no te sientas mal, que no me estoy triste. Me reemp#$a la madre, eso sí. Estoy furiosa de que utilices un pretexto tan estúpido para no atreverte, y lo peor es que lo tomaste como si me estuviera muriendo por tí. Pues fíjate que no te voy a dar ese gusto, me atraes, cierto, pero estás muy lejos de que me clave contigo. Lejísimos.

Lo malo que no eres el único. Como tú, hay muuchos hombres que no se lanzarían al abismo conmigo, aunque saben que valgo la pena. Y mucho.

Y el único que no tiene miedo de mirarme a los ojos, el único que se atreve a clavarme en su cabecera, ese único no está aquí. Y no lo voy a poder ver como era el plan. No, no voy a ir a Guanatos. No podré reflejarme en sus pupilas ni hacer explotar al mundo estando cerca de él.

Sé que existe la remota posibilidad (si es que te importo tanto como dices) de que leas esto. Por eso lo escribo. Aunque te lo diré más clarito cuando te dignes a darme la cara. Ni creas que te voy a buscar.

Hombres: no sean miedosos.


Acá se aplica algo que escribí hace algún tiempo, ojo, sin dedicatoria especial ni nada, ahí les va:

Atrévete a mirarme a los ojos.
Atrévete a bailar en mis labios.
Atrévete a sudar en mis manos.
Atrévete a dormir en mi almohada.
Atrévete a soñar en mis sueños.
Atrévete a entrar en mis pensamientos.
Atrévete a desenredar mis ideas.
Atrévete a escuchar mis voces.
Atrévete a encerrarme en un suspiro.
Atrévete a comerte mi corazón.