No más no llores: cómo ir y no morir en el intento

Vacaciones. De ley ver a los cuates. Qué bien se la pasa uno cuando estamos los 4. Jueves, que de santo no tiene nada.

A las 2:00pm arrivamos a "No más no llores", famosísima pulcata ubicada en Tepepan, cerquita de la estación de Tren Ligero del mismo nombre, donde se reune crema y nata de la sociedad mexicana. Pura catego, me cae.

El lugar está escondido en una callecita, no tiene anuncios de neón, cadenero, ni nada por el estilo, solo una lámina con el nombre del tugurio éste. Eso sí, desde afuera se pueden ver los azulejos que distinguían a las pulcatas de élite por aquellos ayeres.

Al entrar, del lado izquierdo hay mesas y bancos donde pululan los Dones sombrerudos y damicelas que les siguen el paso con barriles repletos de pulmón. Del lado derecho, las tinajas y un pizarrón anunciando los sabores que hay. De los que me acuerdo eran: jitomate, apio, guayaba, mango y avena, o si lo perfieres, blanco. Para que no te quedes con las ganas de probar ninguno, pide de varios y se los van rolando entre los cuates. ' Ora que si la baba de oso no te entra (sin albur) , pues hay chelas. Arriba de todo esto, la "virgencita" observando con flores y una veladora encendida.

Al fondo hay más mesas, pero ya los ocupan chavos curiosos que cono nosotros se van a deleitar con el elixir de los dioses. Más al fondo hay una rockola, que toca desde "La Puerta Negra" hasta "Light My Fire". O sea, pa' todos los gustos hay. Si llegas tarde, digamos a las 4:00pm, ya no lacanzas lugar.

La que la hace de mesera es "Carla", que no es mas que un "Carlos" en tacones, pero que aún así tiene su pegue con los ebrios despistados... Muy recomendable ir is no te importa el escándalo que pueda hacer un borrachín parroquiano o animar al viejito que todavía se hecha sus patadas al bailar una norteña. No es recomendable entrar con cara de fuchi o si no vas dispuesto a brindar con algún desconocido y que saludes de mano a todos los parroquianos que te presenten, que seguramente algunos llevan varios días sin bañarse y aún más seguro que acaben de ir al baño y... pues ahí no hay lavabo.

Pasadas estas pruebas, puede que se te acerque un cabrón de esos que llevan días sin aterrizar y se ría de todo lo que dices, y que esté tan, pero tan ebrio que lo único que puede hacer es sobarle las nalgas a la Carla cada que pasa. Si tienes chance, cámbiale su caguama por un atuya más vacía (pa' qué se apendeja mi compadre).

Si tienes suerte (o no, depende de como lo tomes), se acercará otro guey a tu mesa, el clásico que acaba de recibir su quincena y viene dispuesto a cambiar cad billete por alcohol. Este personaje invitará las próximas chelas hasta que digas basta, o más bien, bbaaaazzzzzttaaaa.... No dejará de alabar tu belleza, en caso de que seas mujer, de tu mamadez, si eres hombre, o ya de plano te encontrará párecido con algún futbolista (sepa la madre quién es el Wiki, pero según esto se parece a mi amigo). Te preguntará un mínimo de 5 veces que de dónde eres y otras 4 a qué equipo le vas. Hará fuercitas con los machines y les advertirá de que si no te enamora, el te enamorará, así que si eres mujer, dile que andas con tu amigo, y si eres hombre, tu no más finge y defiende. Terminará por quitarse el sombrero por tu manera de beber.

Aguas!! Si sacas mezcal, te sacan. (de todos modos ya nos íbamos)

Después de todo esto, lo más seguro es que estés hasta el queque, ási que muy probablemente terminarás comprando chiles para los amigos más ebrios que tú (pa' que se les baje), o dormido en alguna jardinera (muy cómoda, aunque yo no fui la dormida). Prometerás que jamás te pondrás tan ebrio otra vez, y claro, terminarás abrazando a tus cuates y, como cada vez que los ves, sintiéndote afortunada por los amigos quye te tocaron y ansiosa por volverlos a ver.

Así que ya saben, si algún día tienen la oportunidad de ir a uno de mis lugares favoritos y uno de los lugares más representativos del folcklor mexicano: las pulcatas.