No que no?

Para aquellos que decían que Manu Chao era solo los restos de Mano Negra (pedrada para Prometeo)... pues se equivocan. Y mucho.

Salgo de la chamba a las 7:00pm tras el reproche de mi teacher porque iba a faltar, pero lo siento, tengo un compromiso. Tomo el camión hacia Taxqueña, ni siquiera me dio tiempo de ir a cambiarme, así que ahí voy al concierto de Manu como gente decente. No manches.

Después de encontrarme en el metro Chabacano (suspiro- siempre me pasan cosas ahí), partimos hacia el Palacho de los Rebotes, llegando justo a las 8:30, hora en que abrían Los de Abajo. Su show no tuvo nada relevante, la gente sentada, ya todos queríamos ver a Manu.

A las 9:30 se oye un mensaje de una voz bastante conocida. El Sub-comandante Marcos era invocado por medio de un discurso de hace unos años. El protagonista sale, pidiendo disculpas por su larga ausencia (casi 6 años). ´Ora si... arránquensen.

3 horas de show. No manches qué fiestonón. Había recibido algunos comentarios negativos acerca de la calidad de Manu que habían hecho que me desilusionara un poco, hasta llegué a dudar de que si estaría bueno el toquín. Cuando salió la banda se despejaron todas mis dudas. Manu es de esos artistas que necesitas verlos en vivo para terminar locamente enamorado de su música, qué energía, qué poder, qué carisma... Son la neta.

La gente, obviamente, agradecía de la mejor manera que podía, coreando todas las rolas, bailando, brincando y aplaudiendo hasta que el cuerpo se colapsara del cansancio. Y lo que me latió también es que en todo concierto está el escéptico que se queda sentado o de plano no se prende, pero acá todo mundo estaba conectado con la tocada, bien prendidos y entregados a la música de estos carnalillos.

No hubo una canción más coreada que otra, pero mi momento preferido fue cuando se aventaron la de Minha Galera (mi rola). Las luces se apagaron, encendedores y celulares se prendieron y todo mundo cantando esta mega rola: “Oh minha mi niña, minha querida, minha Valeria...” (ven por qué es mi rola?)ahh... qué momento!!

Fue de todo. Como en toda tocada de esa especie, no faltó el pinche loco que quitó a quien estuviera a su paso para saltarse a la pista, el pacheco pendejo que no sabe cuándo prender la bacha y cuándo no (el muy imbécil no se dio cuenta de que atrás de él estaba el de seguridad), el mamado mamón, la señora cuidando a sus hijas (señoras, no les pasa nada), los niños, etc.

Pero a todo esto, qué virtuosismo el de aquellos, le echan todas las ganas del mundo, como si fuera su última tocada, se despidieron como 6 veces y la gente pedía más y ahí van a salir de nuevo, ya hasta habían prendido las luces y se aventaron otras 3 rolas. En una de esas ocasiones que se despidieron, Manu cantó la de “Volver, volver”, de Chente, muy muy chida, muy emotivo todo, que al final es lo que vale de un artista, lo auténtico que es que se vuelve emotivo.

Total que salí a las 12:00am, con las manos ardiéndome de tanto aplaudir, los pies hinchados, rodillas adoloridas, sudorosa, sedienta y despeinada, pero POR FIN, después de meses, me pude echar un buen concierto, que es lo que más mellena en esta vida, casi casi pa´esto estoy aquí. (jajaja)