CAIFANES: DE CÓMO ME SALVARON EL PELLEJO

Anteriormente había mencionado que por influencia o más bien un tipo de presión involuntaria por parte de la gente que me rodeaba, casi me olvidaba de mis raíces rockeras, pues bien, creo que todos pasamos por un proceso de pruebas y errores hasta que nos encontramos con aquello con lo que realmente nos identificamos. En otras palabras, todos tuvimos un pasado tormentoso del cual nos avergonzamos (si no pregúntenle a mis primas, jeje), donde nos dejamos deslumbrar por lo primero que nos ponen en el radio o tele y como es “el hit del momento” lo consumimos sin darnos cuenta de la pésima calidad de ese tipo de música, aparte que la repiten tantas veces que aunque no te guste andas cantando y termina por gustarte, ese es el gran secreto de la mercadotecnia en la música. Pero bueno, lo importante es que afortunadamente alguien nos iluminó y cambiamos al buen camino, y en vez e irse con la borregada preferimos ampliar la visión y probar el rumbo rockero, y eso es lo importante.

En mi caso, me cayó el veinte como a las 12 años. Estaba yo en 2do de secundaria, acababa de descubrir la libertad y me encantó, me quería comer el mundo de un bocado y vino la revolución mental, empecé a darme cuenta del engaño de la tele, de la escuela, de la sociedad en general, que te decían que todo estaba bien, y no era cierto, y bueno, esto merece otro tema aparte. En el radio escuché una canción, Fin, de Jaguares, acabadita de salir, sin saber por qué le puse atención, y era como si este hombre hubiera sacado mis sentimientos y los hiciera canción, decía cosas que yo pensaba y no sabía cómo expresarlas, así que gracias a una amiga obtuve el disco (Sofía, te acuerdas? Chin!!), y me fascinó. Toda la revolución que traía en mi cabeza Saúl la organizaba y la plasmaba en sus rolas. Fue como una guía, sentí una conexión muy fuerte porque me di cuenta de que no era la única que pensaba así, me identifiqué como con nadie, y por primera vez sentí una canción que me puso la piel de gallina, me recorrió un espasmo, no se cómo explicarlo, fue algo muy especial.

Entonces me clavé más en su música, pero ese fue un proceso más largo, ya que la banda no nació ayer, verdad? Bueno, pero el chiste es que era como descubrir una pequeña puerta de toda la porquería pop de ese momento, la abres y guau! Te encuentras un mundo oculto totalmente diferente, mas neto, sin tanta payasada, y me gustó. Al año siguiente conocí a una amiga que traía la misma inquietud que yo, y juntas recorrimos un camino de descubrir todas las propuestas, los grupos clásicos, los nuevos, los lugares, las ideas, etc. , y pues ella ya traía más camino recorrido porque a su hermana le tocó la época del rock en tu idioma, entonces ya sabía más o menos que tranza, pero aprendimos mucho juntas (gracias Elizabeth).

Y aunque Jaguares se volvió más comercial y ya no tiene la misma calidad que Caifanes, la neta es que el disco acústico no fue muy bueno, hay buenas versiones pero si hay unas que pudieron haberle echado más cráneo, del último disco el sencillo no me gustó y el disco es bueno, hay canciones muy buenas, pero hay otras que no tanto, y eso marca la diferencia con Caifanes, donde todas sus canciones eran mágicas, y se ha ido perdiendo en algunas rolas nuevas esa metáfora que caracteriza el estilo de Saúl, pero la neta en los conciertos se hace magia, me olvido del mundo, toda la energía que se acumula en la atmósfera y me recorre todo el cuerpo, esa comunión hipnótica... y mientras eso no se pierda, aquí estaremos.

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